Podemos plantearnos, a la vista de todo lo expuesto, dos grandes objetivos o líneas de trabajo en la gestión de nuestro sistema de deseos:
1.- Hacer el proceso de los juicios lo más consciente que sea posible, es decir, que nos demos cuenta, que tomemos conciencia de su funcionamiento lo máximo que se pueda, adquiriendo mediante la observación mantenida un conocimiento profundo y extenso del mismo.
2.- Facilitar lo más que se pueda, que el funcionamiento del sistema de juicios sea lo más adecuado y sano que sea posible, pasando de una situación en la que su funcionamiento nos altera y aleja de la realidad a otro en el que cumpla su objetivo de posicionarnos adecuadamente y favorecer nuestro desarrollo.
Cumplir con el primer objetivo nos exige una línea de trabajo basada en la observación mantenida que irá permitiendo que aumente nuestro conocimiento, tanto sobre el nivel consciente como en el inconsciente, del sistema de juicios y de cada uno de los elementos que lo componen.
Tanto el Consciente como el Inconsciente tienen capacidad para emitir juicios o quizás, dicho más exactamente, tiene capacidad para activar el sistema de juicios. Así pues, los juicios pueden darse a nivel plenamente inconsciente, a nivel consciente y, lo que resulta bastante más habitual, con una mezcla de ambos sectores de nuestra mente.
Cuando el sistema de juicios funciona plenamente a nivel inconsciente, el proceso se realiza bajo las características de este sector de nuestra mente. Y, recordemos, algunas de las más llamativas son su dificultad para distinguir entre realidad y ficción (escenarios mentales internos), mantener una visión global y proporcionada generando respuestas igualmente bien dimensionadas y para comprender bien el tiempo, tanto en lo ya pasado como en lo que está por venir.
Y esto es lo ocurre con los juicios inconscientes si no aportamos la luz de la toma de conciencia sobre ellos y nos aseguramos su correcto funcionamiento. No obstante, hay que indicar que este proceso no es sencillo y, a menudo, obtendremos sólo resultados parciales, es decir, con una profundización de nuestro conocimiento, durante largo tiempo nuestros juicios inconscientes irán mejorando pero no de manera absoluta, sino que conservarán parte de sus distorsiones características.
Ante ello no cabe más que aplicar el debido filtro a la hora de recibir y evaluar los resultados, con una actitud de cuestionamiento y contrarrestando las deficiencias propias de esta zona de la mente ¿Es verdad esto? ¿Está mi mente dimensionando adecuadamente la situación tanto en importancia como en el tiempo? ¿Desde qué estado y actitud interna está respondiendo mi Niñx Interior?
La gestión en el Consciente es muy similar pero facilitada porque nuestro acceso a los distintos elementos del sistema es mucho más fácil. Aquí miraremos qué realidad virtual ha montado nuestro Consciente desde ese Yo-mental construido a base de Ideas; ideas sobre mí, sobre las otras personas y sobre la vida. Especial mirada al Yo-Ideal, al Yo-idea y al Personaje.
Los juicios adquieren su mayor capacidad de control sobre nuestra mente y su evolución, y por tanto sobre nosotrxs y nuestras vidas, cuando el Consciente no hace bien su trabajo y no cuestiona o, incluso, adopta un papel seguidista de lo que va dictando el inconsciente y, por tanto, lo reafirma.
Entramos en el segundo objetivo. Es fundamente un trabajo de objetivización consciente de todo el sistema, elemento por elemento. Y esto pasa, como tantas otras veces, por un proceso de observación mantenida por el que vayamos adquiriendo un conocimiento cada vez más sólido, integral, integrado y amplio. Y, recordemos, siempre desde la actitud adecuada (Vente PACÁ).
En ese proceso, nos interesa mucho identificar bien cuál es el estado previo de nuestra mente, es decir, el estado desde el que se está realizando ese juicio. Recordando siempre la ley que dice que a mayor alteración y malestar, la mente emitirá más juicios, más intensos y extremos.
Independientemente de qué zona de nuestra mente, la consciente o la inconsciente o mezcla de ambas, está actuando, acogeremos esa zona desde una visión o Consciencia global. Y, a continuación, estaremos en condiciones de comprobar los siguientes elementos: qué criterios están siendo aplicados, es decir, qué creencias, modelo o ideal sobre lo que debe ser. Si buscamos un correcto funcionamiento del sistema, habremos de cuidar, pues, que estas Ideas Aceptadas sean lo más fieles a la realidad que sea posible y que incluyan todos los aspectos de la misma, organizadas o balanceadas además, en su debido orden de importancia.
También cuidaremos y gestionaremos los objetivos que tiene en ese momento nuestra mente, cuál es el veredicto y qué consecuencias se están produciendo.