La observación. Técnicas y herramientas avanzadas.

En el proceso de ejercitamiento de la observación y en la natural maduración que conlleva, van apareciendo algunos instrumentos de gestión que favorecen la comprensión y, más allá, la paulatina desidentificación con respecto a la actividad de nuestra mente y también con respecto al cuerpo.

Pero antes de entrar en nuevas técnicas, hay que recordar que la clave de una buena observación en la posición interna de compromiso con la verdad que se ha de convertir en una curiosidad cuasi-científica por comprender lo que está ocurriendo. Y hacerlo con la mayor concreción posible. No han de valernos ambigüedades. Y, por supuesto, el PACÁ, la actitud adecuada, que es el complemento necesario para una correcta observación.

Especial atención, en este punto, a los mecanismos automáticos (Hábitos) de cierre o rechazo que son tan antiguos en nuestra mente que apenas podemos identificarlos. Cuando la mente cree que no va a poder acometer algo y que le va a provocar mucho sufrimiento, puede generar un mecanismo para no verlo.

En primer lugar, trataremos el uso de nuestra capacidad de razonamiento. Como ya se ha dicho anteriormente, esta capacidad ha de ser utilizada siempre de manera auxiliar. Es un buen complemento a nuestra actitud base de apertura curiosa y rigurosa a la realidad de lo que está ocurriendo en nuestro interior y en el exterior. Se plasma, fundamentalmente, en el hilo de pensamiento y en los escenarios internos que genera nuestra mente a partir de ahí.

En el devenir de nuestro pensamiento, utilizamos el razonamiento lógico, que incluye funciones lógicas como son la comparación, la deducción y la inducción.

Cuando podemos comparar dos escenarios o situaciones diferentes, adquirimos una profundidad de campo que amplia el potencial de comprensión. Podemos comparar el mismo objeto de observación tras los cambios que se producen con el paso del tiempo, es decir, comparamos la misma situación en dos momentos distintos. También podemos comparar las Respuestas que emite nuestra mente en dos escenarios relacionales diferentes, por ejemplo en nuestra familia y en nuestro entorno laboral.

Y también podemos utilizar la fantasía, una función por la que tenemos la capacidad de generación de escenarios figurados. Aquí aprovechamos la dificultad que tiene nuestro Inconsciente para diferenciar la realidad de la ficción. Esto es lo que permite que disfrutemos plenamente en el cine o el teatro. Si usamos esta limitación de nuestro Inconsciente, que tanto sufrimiento nos provoca en el día a día, a nuestra conveniencia, podemos generar escenarios internos figurados que nos permitan observar qué Respuestas emite nuestra mente Inconsciente ante ese escenario. Esto nos aportará mucha información.

Volviendo a la comparación, utilizamos la fantasía para poder comparar las respuestas o reacciones de nuestra mente ante la realidad que creemos estar viviendo, con las que emite ante esas situaciones imaginadas.

También se potencia nuestra capacidad de comprensión cuando empezamos a poder diferenciar entre las respuestas emitidas por nuestro Consciente de las emitidas por nuestro Inconsciente.

Con respecto a las otras dos funciones del razonamiento lógico, la inducción y la deducción, cabe decir que los resultados que nos reporten, hemos de tomarlos sólo como hipótesis de trabajo. Nunca como realidades concluyentes. Este último nivel ha de estar reservado a las evidencias, que son verdades contundentes que se muestran a nuestra mente y sobre las que percibimos que no cabe duda alguna.

En cualquier caso, es muy adecuado acostumbrarnos a cuestionar siempre los resultados de nuestra observación. Todo va cambiando continuamente, todo va madurando y lo que hoy creemos que es de una manera, mañana podemos verlo de otra. Hay que procurar no convertirnos en esclavos/as de las comprensiones que realiza nuestra mente. Una buena pregunta que podemos hacernos es ¿De verdad esto es así?

En general, observaremos el devenir de nuestro hilo de pensamiento y los escenarios que genera. Miraremos qué desea y qué rechaza nuestra mente a través de ellos, también cuáles son las creencias o Ideas Aceptadas que lo están determinando. Y los juicios que emite, con especial atención a los criterios que se están utilizando en ellos. Y, por supuesto, las respuestas que emite nuestra mente ante todo esto.

Por debajo del nivel del pensamiento e ideas

Hay todo un mundo por descubrir bajo el nivel cognitivo-lógico de nuestra mente consciente. De hecho, esta dimensión no es más que la punta de un iceberg. Hay más realidad debajo del pensamiento que en su seno. Los principales elementos que nos vamos a encontrar, son:

– El fluir de las energías básicas.

– Sentires: emociones, sentimientos y sensaciones (tanto corporales como psíquicas).

– Nuestx Niñx Interior: su estado y sus respuestas.

– La Consciencia global e integradora.

– Una inteligencia primaria a nivel Inconsciente (que es mucho menos concreta y verbal que la Consciente). Genera deseos y rechazos, juicios, interpretaciones, un determinado afrontamiento (actitud), etc. Y una sabiduría profunda.

– La noción de YO y la Presencia de mí.

– Y cuando vamos asentando este espacio, aparece también una sensación de conexión y apertura a “algo” que está más allá del mundo que conocíamos desde nuestro Consciente. También irá apareciendo una conexión energética con todos los seres vivos y la naturaleza.

Para acceder a este nivel, contamos con técnicas como son la respiración y relajación, la meditación, el trabajo directo con el cuerpo (estiramientos conscientes, yoga, etc.), el ejercicio físico. También ayudan mucho el PACÁ y la maduración de la observación hacia una observación central e integradora.

Trataremos este tema más detenidamente en otra ocasión.

Y si me pierdo… ¿Qué hago?

Todas las personas pasamos por momentos de pérdida. Situaciones en las que nuestra mente entra en un estado de desorientación donde parece que todo se difumina, que se olvida todo lo aprendido y una espesa niebla se cierne sobre nuestra mirada.

La mente teme mucho estos momentos. Se siente desubicada y sin referentes. El consciente no puede ejercer su función habitual de control y esto hace que aparezca mucha alteración y malestar. Hay un rechazo y huida de estos momentos.

Pero, justamente, son momentos especialmente fructíferos. Cuando se vienen abajo los referentes de la mente, todo un mundo de posibilidades se abre. Así pues, hemos de hacer un esfuerzo para que no se produzca este temor y rechazo en nuestra mente.

Este estado de nuestra mente es especialmente propiciatorio para la aparición de la presencia de mí ante mi mente y el exterior. Y facilita, además, situarnos en el aquí y el ahora. Pero, para ello, es necesario mantener la calma y no permitir que nos arrastre la respuesta de miedo y ansiedad. Sé tú, date cuenta de ti, en esta situación. Aprovéchala. Pronto pasará y volverán las estructuras mentales que nos limitan.

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