Ayer planteaba un esquema del circuito del fluir de la energía en un Ser Humano. Hoy toca algo de práctica, de ejercitamiennto para gestionar esa energía, movilizando la que nos resulte más adecuada a cada momento.
Como ya he mencionado anteriormente, nuestra mente está en un grave error creyendo que necesita de algo externo (persona o situación) para que se movilicen determinadas energías, como pueden ser la vibración amorosa o la confianza.
Esta creencia está comúnmente aceptada. Es más, se nos ha educado en ella. Por lo tanto, ha sido reforzada a lo largo de toda nuestra vida tanto por los mensajes provenientes del exterior como por la experiencia interna que se da a partir de esta falsedad.
Para ir contrarrestando esta situación, habremos de ir ejercitando nuestra capacidad para movilizar las energías de manera totalmente autónoma con respecto al exterior. Este es el objetivo del ejercicio de movilización de energías.
Inicialmente, lo más adecuado es realizar este ejercicio en un momento de relajación-meditación. Posteriormente, podremos hacerlo en cualquier lugar y circunstancia.
El ejercicio consta de 4 pasos, que con el ejercitamiento, podremos ir adaptando a nuestras propias circunstancias. Son:
1.- Recuerdo o evoco la energía que quiero favorecer (la paciencia, la aceptación, la confianza, la acogida amorosa o cualquier otra)
2.- Durante un tiempo presto atención a eso. Sin forzar nada. Todo aquello a lo que prestamos atención lo suficiente, se va consolidando internamente.
3.- Cuando ya noto una presencia clara de esa energía, dentro de mí, me doy permiso para sentir-tener eso. Y atiendo-observo a ver qué impedimentos pone mi mente, si aparecieran. Estas son las condiciones que, erróneamente, cree mi mente que han de darse para que aparezca esa energía.
4.- Por último, aprovechando la respiración, hago que esa energía se expanda y me envuelva. Me instalo en ella.
NOTA: A continuación tienes dos meditaciones-ejercicios prácticos de movilización de energías.