Estado de Alarma y Excepcionalidad (en nuestra mente)

El estado general de alarma, decretado por el Gobierno y la excepcionalidad social que estamos viviendo, tienen una traducción directa en el estado de nuestra mente.

Alarma, para la mente, es un estado de atención e inseguridad ante una situación. El sistema de juicios hace su valoración y el resultado es que la mente no tiene la seguridad de poder controlar o superar el peligro. Estos Peligros, identificados o no, provocan que la mente se siente insegura.

El efecto es un estado generalizado de intranquilidad, aceleramiento, inseguridad y la emisión por parte del Inconsciente, de la señal característica de estas situaciones: miedo. En este punto, recordad que las emociones no son más que el mensaje que emite el Inconsciente para comunicar al resto de la mente un estado o situación.

Nos toca, y más en estos momentos, adoptar una posición interna de observación de todos estos procesos (Yo Experiencia en terminología Blay), una actitud adecuada conjunta con esta observación (PACÁ) y, en la medida que podamos, procurar que no nos arrastre la alterada actividad que vive nuestra mente en esta situación, haciendo desaparecer la Presencia interna.

El mismo trabajo hay que hacer con el estado de excepcionalidad. Cuando la mente se sitúa ahí, se producen varios cambios. Al igual que la alarma, produce intranquilidad, aceleramiento y, habitualmente, inseguridad. Además, la mente pierde sus referentes habituales. Muchos cambian y, otros, sencillamente desaparecen.

Si mantenemos la calma, es un excelente momento para observar ese sistema de referentes profundos en que se mueve la mente (sí, aquellos que en otros momentos queremos descubrir y cambiar) pues, habitualmente, cambian poco, no lo suficiente para una óptima observación. En esta situación, cambian hábitos, cambian mecanismos automáticos, cambian valores, cambian muchas cosas. Observad.

Como ya antes se ha nombrado, las diferencias individuales son muchas. En la excepcionalidad, se puede producir una sensación de intensidad vital tras la ruptura de la cotidianidad. Nuestra mente Inconsciente/Niñx Interior, habitualmente, busca la novedad con la que asocia posibles momentos de intensidad y/o placer. Interesa mantener la atención en este nuevo “motor” de energía que aparece, para que no nos lleve donde, realmente, no queremos, para que no se convierta en foco de adicción energética para nuestra mente.

Por el contrario, en otras personas, esta situación de excepcionalidad puede que predomine la bajada de energía y la inseguridad y, por consiguiente, nos embargue el miedo y el apocamiento. Este miedo es humano, pero también nos interesa muchísimo observarlo bien, comprenderlo, gestionarlo y que no nos arrastre, pues entonces, seremos miedo e, incluso, pánico.

En cualquier caso, hay que mantener la atención porque ambas respuestas provocarán distorsiones en la capacidad de la mente de comprender y en sus reacciones.

En próximas entregas hablaremos de cómo reconvertir esta excepcionalidad en positivo: disciplina y centramiento.

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