Os presento un ejercicio de meditación que incluye una relajación inicial con conexión con el cuerpo y, a continuación, la observación de la actividad principal de la mente (pensamientos, ideas y la gama de los sentires: emociones, sentimientos y sensaciones).
Para quienes no tengáis experiencia, aconsejaros que os dejéis llevar por la grabación, sin expectativas sobre lo que ha de ocurrir ni juicios de si lo estamos haciendo bien o no. Es hacerlo, sin más. Y vivir la experiencia de manera consciente.
Dura poco más de 15 minutos. No obstante, sería bueno que tras hacerla varias veces escuchando la grabación, os animéis a hacerla sin grabación ni duración determinada.
Seguimos con nuestra guía/curso rápido de gestión de la mente. Hoy nos toca concretar cuáles son los elementos, funciones o sistemas más importantes que hemos de tener en cuenta a la hora de observar y poder así comprender qué está ocurriendo.
¿Qué observo?
1.- El hilo o flujo
de pensamiento y los escenarios virtuales internos que se van
creando.
Observa tus
pensamientos. A no ser que sean extremos, no los cortes. Pero, sobre
todo, no te identifiques con ellos. Es una función más de tu mente.
No eres tú. Si los puedes observar, comprenderás muchas cosas.
¿Como son esos
pensamientos? ¿A qué se deben… Qué pretende, desea, teme la
mente con ellos? ¿Qué efectos reales están provocando?
Cuestiónalos.
Recuerda que, habitualmente, los pensamientos, ideas y escenarios
virtuales responden al estado en que se encuentra tu Inconsciente
(Niñx Interior).
Observa también las
Ideas Aceptadas (Creencias resultado final de un juicio emitido por
tu mente) que se van acumulando a partir de esta actividad. Especial
atención al proceso por el que se emiten esos juicios y los
criterios que está aplicando tu mente en ellos.
Y, por último, date
cuenta cómo esos pensamientos, en realidad, obedecen y son
determinados por el estado de tu mente en ese momento. Y cómo, a la
vez, influyen en las emociones y en ese estado de tu mente. Todo está
interactuando.
2.- Las emociones,
sentimientos y sensaciones.
Entramos en zona del
Inconsciente. Recuerda que las emociones no son más que reacciones o
mensajes que emite tu Inconsciente para comunicar algo al resto de la
mente. Los sentimientos son más profundos, no reactivos. Las
sensaciones, que se reciben también como algo más profundo que las
emociones, suelen responder a un juicio inconsciente emitido por tu
mente.
Las emociones
constituyen un fluir continuo. A menudo se acumulan. Pueden parecer
contradictorias. Esto se debe a que el Inconsciente las emite en
respuesta a un momento o estado determinado, sin tener en cuenta la
globalidad.
Mantente ahí,
recibiéndolas. Especial atención a los deseos/rechazos que
aparezcan.
Recibe todos estos
sentires con una apertura interior (procura, en la medida que puedas,
no cerrar nada). No te cierres a tu sentir: observalo para
comprender. Y aplica el PACÁ: mantener la actitud adecuada ante la
actividad de nuestra mente nos aportará siempre una perspectiva y
facilitará la no identificación.
Y recuerda que ese
sentir interactúa con los pensamientos.
3.- El estado
interno o profundo (mi Niñx Interior), desde el que se están
emitiendo esos sentires.
Si has ejercitado
previamente la observación y otras herramientas, estarás en
condiciones de profundizar y conectar con el estado en que se
encuentra tu Incosnciente (Niñx Interior). Pregúntate desde qué
estado o situación, una mente infantil emite lo que tú estás
recibiendo. Acógelo amorosamente.
4.- La energía base
desde la que está funcionando mi mente.
Todo el
funcionamiento de nuestra mente se genera a partir de un estado
energético de base. Quizás lo más importante es preguntarse si
aparecen dos energías básicas: la confianza y el amor.
(En próximos textos
veremos cómo favorecer la presencia de estas y otras energías)
5.- El cuerpo.
Observa, presta
atención a tu cuerpo. ¿Cómo está? ¿Hay tensiones? ¿Qué me está
diciendo mi cuerpo? Me hago estas preguntas y me acomodo
profundamente en mí, para conectar con mi cuerpo, observar y
comprender mejor.
La conexión entre
mente (especialmente la Inconsciente) y el cuerpo es directa. A
menudo nos daremos cuenta de alguna alteración por los síntomas que
aparecen en nuestro cuerpo como, por ejemplo, tensiones, presiones en
el pecho, dolores de cabeza, alteraciones intestinales, etc.
En artículos anteriores hemos visto cómo el estado de excepcionalidad, en nuestra mente, cambia muchas cosas. Y, también, cómo es un momento idóneo para observar y comprender mejor su funcionamiento.
La comprensión y
una actitud adecuada (PACÁ) nos permitirán ir empezando a tomar las
riendas de la situación y comenzar a gestionar a nuestra mente y su
estado. Pero… ¿Con qué objetivos?
Los objetivos pueden
ser varios. El primero, sin lugar a dudas, es evitar que esa
alteración aumente y nos sobrepase. Dicho de otra manera, evitar que
la alteración de una mente en estado de excepcionalidad nos lleve a
una elevada alteración por emociones y pensamientos descontrolados,
con un/a Niñx Interior desencajadx por la inseguridad-miedo, la
ansiedad o lo que se dé a cada momento.
El segundo objetivo,
también nombrado anteriormente, es aprovechar la situación para
profundizar en el auto-conocimiento o, mejor dicho, en el
conocimiento de nuestra mente.
Pero si podemos ir
haciendo esto, quizás podamos ir un paso más allá. Aparece un
tercer objetivo que sería reconvertir esta situación aprovechando
las energías (me refiero a la actividad alterada de nuestra mente y
sus causas) para enfocarlas en una línea positiva y constructiva.
Por ejemplo,
aprovechar esta situación de excepcionalidad para mostrar a nuestra
mente la necesidad de usar la disciplina.
El uso de la
disciplina, en una situación cotidiana y no extraordinaria, es
complejo y ha de hacerse con sumo cuidado. No podemos abusar o hacer
un uso frívolo de ella porque puede generar un colapso de energías
en la mente y el resultado final puede ser, justamente, el contrario
de lo deseado. Su uso ha de estar bien motivado, bien explicado desde
el Consciente hacia el Inconsciente… Y este trabajo ha de hacerse a
prueba de conflictos y contradicciones que puedan presentarse en el
proceso a seguir.
Todo esto se
facilita en un estado justificado de excepcionalidad. Pero a pesar de
ello, hemos de emplear un tiempo para elaborar bien el escenario
desde el Consciente, armándonos de razones que justifiquen bien el
uso “proporcionado” de esta gran herramienta que es la
disciplina. Y, desde ahí, mostrar la evidencia a nuestro
Inconsciente, permaneciendo ahí hasta que notemos que va calando el
mensaje (recordad que al Inconsciente hemos de dirigirnos,
preferentemente, con mensajes cortos y cargados de emotividad).
En la medida que lo
consigamos, podremos favorecer que nuestra mente Inconsciente (Niñx
Interior) acepte bien esa situación de disciplina y colabore. Puede
llegar incluso a disfrutar con ella y con la sensación de estar
haciéndolo bien.
Habremos convertido
la disciplina en una voluntad mantenida de hacer algo o estar y ser
de una forma determinada. Disciplina, por ejemplo, para gestionar
adecuadamente pensamientos e ideas que se dislocan y negativizan en
estos momentos. Disciplina para mantener un programa de actividades
que sea el más adecuado en nuestro día a día. Disciplina también
para que nuestrx Niñx Interior comprenda bien y resitúe su sentir
profundo adaptándolo a las necesidades del momento.
El estado general de alarma, decretado por el Gobierno y la
excepcionalidad social que estamos viviendo, tienen una traducción
directa en el estado de nuestra mente.
Alarma, para la
mente, es un estado de atención e inseguridad ante una situación.
El sistema de juicios hace su valoración y el resultado es que la
mente no tiene la seguridad de poder controlar o superar el peligro.
Estos Peligros, identificados o no, provocan que la mente se siente
insegura.
El efecto es un
estado generalizado de intranquilidad, aceleramiento, inseguridad y
la emisión por parte del Inconsciente, de la señal característica
de estas situaciones: miedo. En este punto, recordad que las
emociones no son más que el mensaje que emite el Inconsciente para
comunicar al resto de la mente un estado o situación.
Nos toca, y más en
estos momentos, adoptar una posición interna de observación de
todos estos procesos (Yo Experiencia en terminología Blay), una
actitud adecuada conjunta con esta observación (PACÁ) y, en la
medida que podamos, procurar que no nos arrastre la alterada
actividad que vive nuestra mente en esta situación, haciendo
desaparecer la Presencia interna.
El mismo trabajo hay
que hacer con el estado de excepcionalidad. Cuando la mente se sitúa
ahí, se producen varios cambios. Al igual que la alarma, produce
intranquilidad, aceleramiento y, habitualmente, inseguridad. Además,
la mente pierde sus referentes habituales. Muchos cambian y, otros,
sencillamente desaparecen.
Si mantenemos la
calma, es un excelente momento para observar ese sistema de
referentes profundos en que se mueve la mente (sí, aquellos que en
otros momentos queremos descubrir y cambiar) pues, habitualmente,
cambian poco, no lo suficiente para una óptima observación. En esta
situación, cambian hábitos, cambian mecanismos automáticos,
cambian valores, cambian muchas cosas. Observad.
Como ya antes se ha
nombrado, las diferencias individuales son muchas. En la
excepcionalidad, se puede producir una sensación de intensidad vital
tras la ruptura de la cotidianidad. Nuestra mente Inconsciente/Niñx
Interior, habitualmente, busca la novedad con la que asocia posibles
momentos de intensidad y/o placer. Interesa mantener la atención en
este nuevo “motor” de energía que aparece, para que no nos lleve
donde, realmente, no queremos, para que no se convierta en foco de
adicción energética para nuestra mente.
Por el contrario, en
otras personas, esta situación de excepcionalidad puede que
predomine la bajada de energía y la inseguridad y, por consiguiente,
nos embargue el miedo y el apocamiento. Este miedo es humano, pero
también nos interesa muchísimo observarlo bien, comprenderlo,
gestionarlo y que no nos arrastre, pues entonces, seremos miedo e,
incluso, pánico.
En cualquier caso,
hay que mantener la atención porque ambas respuestas provocarán
distorsiones en la capacidad de la mente de comprender y en sus
reacciones.
En próximas
entregas hablaremos de cómo reconvertir esta excepcionalidad en
positivo: disciplina y centramiento.
Se inician con éste, una serie de textos referidos a la aplicación de las herramientas y conocimientos que nos proporciona la Autorrealización, en estos momentos de excepcionalidad y crisis generalizada que estamos viviendo.
¿Qué nos está
pasando? ¿Qué me está pasando? ¿Cómo gestiono todo esto?
Lo primero que hay
que tener en cuenta es la situación de excepcionalidad que
estamos viviendo. Nuestra mente, tanto la Consciente como la
Inconsciente, también. Y eso ya marca un primer nivel de cambio
radical, que hemos de observar, comprender y tener muy en cuenta.
En muy pocos días,
hemos vivido muchos cambios de gran calado. Hasta tal punto, que
estamos viviendo una situación excepcional, fuera de lo común.
Nuestra mente apenas ha ido teniendo tiempo de recibir y procesar el
cúmulo de noticias que se han producido. Todo esto, puede provocar
efectos muy diferentes, según las personas.
A muchas mentes les
encanta. A otras, les apesadumbra. A unas las excita y activa. A
otras, las aplana y altera con inseguridades y debilitamiento de sus
referentes básicos.
Lo aconsejable es
situarse en esta excepcionalidad y observar los cambios y procesos
que está realizando nuestra mente. Pero, para empezar, hay que
indicar que lo correcto es no pretender “estar normales”. Es
imposible y generaría un añadido de tensión interna a una mente ya
tensionada. Aceptamos inteligentemente esta situación de alteración,
falta de referentes, inseguridades y miedos, excitaciones, etc. y nos
dispondremos a comprenderla bien para poder ir gestionándola lo
mejor que podamos.
A menudo, en esta
situación, no valdrá con una primera observación interna para
poder dimensionar bien la alteración por la que está atravesando
nuestra mente. Habremos de mantener la observación con especial
atención a nuestras Respuestas, tanto ante hechos internos como
externos.
Muy posiblemente
podremos observar que nuestras Respuestas no son las habituales. Hay
una alteración, una aceleración o exageración en esas Respuestas,
como mínimo…. Ahí está, ya hemos conectado con la alteración.
A partir de ahí
podremos ir observando qué está produciendo en nuestra mente esta
situación. A algunas personas les produce una activación, una
sensación de intensidad vital, de novedad, de curiosidad, etc. En
otras, la reacción es la contraria: la mente se recoge-protege ante
tantos cambios sin control, aparecen las inseguridades y las bajadas
de energías. En muchos casos, ambas reacciones se mezclan o alternan
en el tiempo.
Observamos cuál es
la reacción concreta de nuestra mente y nos disponemos a
gestionarla, procurando no identificarnos con la actividad de nuestra
mente, sea la que sea, y situarnos en la actitud adecuada (Ver la
actitud adecuada. Vente PACÁ).
(En próximos textos
seguiremos profundizando en este tema).
Quizás habría que comenzar hablando de la gestión de las expectativas, esos juicios que emite nuestra mente acerca de lo que va a ocurrir en el futuro.
Aunque es un tema
que trataremos más adelante, sí hay que decir ahora que las
expectativas, como al resto de funciones de nuestra mente, no es
conveniente que se mantengan en el ámbito de lo inconsciente, sino
que hemos de observarlas, comprenderlas y gestionarlas. Eso sí,
siempre aplicando la mínima intervención necesaria.
Este principio de
mínima intervención necesaria es siempre aplicable a toda nuestra
gestión de la mente y nos lleva, en este caso, a no usar la vía de
cortar las expectativas. Esta acción nos liberará de posibles
alteraciones, pero el pago será grande: nos cortará la posibilidad
de ahondar en el conocimiento de nuestra mente y, muy posiblemente,
generará desequilibrios energéticos que, más temprano o tarde,
habremos de abordar. Doble trabajo.
Una buena gestión
de las expectativas implica observar para comprender bien a qué
responden. Nos podemos preguntar, por ejemplo, exactamente, por qué
nuestra mente genera esa expectativa y no otra. En qué se está
basando el sistema de juicios para ello y, sobre todo, cuánto y de
qué manera están influyendo nuestros deseos e inseguridades
Y volviendo a lo que
se puede esperar del proceso de Autorrealización:
1.- Esto es un
trabajo. Los resultados serán directamente proporcionales a la
calidad y cantidad de ejercitamiento que realices. No esperes ningún
tipo de situación mágica ni busques atajos que suelen salir muy
caros.
2.- El proceso es
largo y lleno de pequeños pasos o cambios. No esperes que con los
primeros descubrimientos que hagas sobre el funcionamiento de tu
mente o experiencias de apertura/plenitud que vivas, se arreglen los
errores y hábitos que llevan funcionando toda la vida. El sistema de
aprendizaje profundo de nuestra mente es mucho más complicado y
laborioso que todo eso.
3.- No es un proceso
lineal. No vas a tener siempre la sensación de avance rápido y
consistente. A veces, todo al contrario, te acometerá la sensación
de estancamiento o, incluso, retroceso. Estos momentos son claves
para asentar el reaprendizaje que está realizando nuestra mente.
Mantente ahí, sé tú observando y recibiendo esa situación de
desubicación en tu mente.
4.- En la medida que
puedas, y ya sabemos que no siempre va a ser así, disfruta cada
paso, cada cambio, cada avance (y también cada aparente retroceso).
Aunque el proceso es largo, nos reporta beneficios desde muy pronto.
Dependerá de tu actitud el que puedas disfrutarlos y validarlos
suficientemente.
En próximas
entradas explicaré el proceso de cambios que vive la mente de una
persona en proceso de Autorrealización.
La forma más habitual por la que una persona llega a la convicción de que ha de hacer algo para generar cambios en su vida, es el malestar psicológico.
La otra vía de
entrada suele ser un malestar o vacío vital, que produce un anhelo
de vivir más profundamente la Realidad de lo que somos. Hay una
intuición de estar viviendo una falsedad.
De las multitud de
posibles respuestas ante estas situaciones, se encuentra la opción
de iniciar un proceso de trabajo encaminado al crecimiento personal.
Una de las vías es lo que denominamos Autorrealización. En esta
página, en concreto, seguimos la línea marcada por Antonio Blay,
aunque con numerosas aportaciones de otras enseñanzas.
Afortunadamente, la
Autorrealización da respuesta a ambas situaciones de entrada (ver
¿Bienestar o Verdad?).
En un principio, una
parte de nuestra mente, la que comúnmente se denomina Consciente y,
más concretamente, la que en términos usados por Antonio Blay
denominamos Yo-Experiencia, se da cuenta de que algo no va bien, de
que en el funcionamiento de nuestra mente se están produciendo
errores que nos llevan al malestar y/o la inconsistencia vital.
Este Yo-Experiencia
se referencia a sí mismo (activa su presencia) e inicia un proceso
con el objetivo de generar cambios en la situación actual. Esto pasa
inicialmente por un trabajo de comprensión de lo que está
ocurriendo, mediante el uso de la observación objetiva y
sistematizada. También conlleva un aprendizaje en cuanto a su
capacidad de gestión de la mente, mediante el uso de herramientas
como la actitud adecuada, la respiración-relajación-meditación y,
un poco más allá, herramientas de comprensión, gestión y sanación
del Inconsciente (utilizamos el concepto de Niñx Interior porque nos
ayuda a conectar con esa zona de nuestra mente).
Esta fase de trabajo
concreto con la mente es necesaria por varias razones: la primera es
que va a producir, en sí misma, una considerable bajada de los
niveles de malestar y aumento del bienestar natural en una persona
con la mente sana. Esto es necesario, no sólo porque la persona esté
bien, sino porque, en general, el malestar dificulta el proceso de
Autorrealización y el Bienestar natural lo facilita. La diferencia
es como remar contracorriente o a favor de la corriente, en un río.
La segunda razón es
que nos va a permitir ir desidentificándonos con respecto a la
actividad de nuestra mente, desenredando la maraña de creencias
erróneas (Ideas Aceptadas) y mecanismos automatizados por
aprendizajes negativas (Hábitos), que nos están impidiendo acceder
a la percepción y comprensión profunda de lo que somos en Realidad,
o dicho de otra manera, de poder vivir desde la experiencia interna
directa de lo que somos y no desde las ideas que nuestra mente se ha
hecho sobre nosotrxs mismxs, las otras personas y la vida.
Una vez que este
trabajo se va haciendo y dando sus rendimientos, tenemos acceso
estable a nuestro Centro que, en terminología Blay, significa un
punto o estado desde el que soy consciente plenamente de mí y de la
actividad de mi mente, sin que confunda ambas dimensiones. Y desde el
que interacciono plenamente con mi entorno a la vez que tengo acceso
a mi Realidad más profunda y trascendente, allá donde ya no hay
actividad de la mente.